Rubén Díaz creció entre sticks, compañeros convertidos en familia y tardes enteras en los campos del RGC Covadonga. El hockey fue su lugar desde los diez años, y lo siguió siendo incluso cuando un accidente le obligó a reconfigurar su vida. Años después, lejos de apartarse del deporte, Rubén encontró su manera de volver: formándose como Juez de Partido y retomando la conexión con un deporte que sigue sintiendo como parte de su identidad. Hace unas semanas debutó como Juez de Partido en el RGC Covadonga. Su historia es una de pertenencia, resiliencia y amor por el hockey.

¿Cómo empezó tu “relación” con el hockey?
Mi comienzo en el hockey fue a los diez años cuando mis amigos del colegio (C.P. Laviada) me insistieron en que lo probara. El entrenador, Daniel Morilla consiguió con su habilidad técnica y divertida que nos enganchara y que muchos de nosotros prosperáramos. Cuando pasé a categoría infantil fui fichado junto con algunos compañeros para formar parte del Real Grupo de Cultura Covadonga (RGCC) y desde entonces hasta los 23 años continué jugando ininterrumpidamente en el club. Jugué sectores y campeonatos de hierba y sala en categorías inferiores, fases de ascenso con el equipo senior, campeonatos con la selección Asturiana Sub-16 y Sub-18, llegué a la última preselección de la Española Sub-16 jugando dos partidos amistosos contra Francia. A partir de los 23 años fui dejando un poco de lado el deporte, por trabajo y familia.
¿Qué recuerdos tienes de tus años como jugador?
Recuerdo toda mi infancia vinculada con el hockey ya que mis compañeros de equipo se convirtieron en mi círculo estrecho de amigos y, entrenando o jugando en los terrenos de RGCC, pasábamos la mayor parte del tiempo.
Si tuvieras que definir el hockey en pocas palabras, ¿cómo lo harías?
Deporte minoritario pero muy completo.
Tras tu accidente, ¿qué te impulsó a volver y a retomar tu relación con el hockey?
Previamente a mi diagnóstico, quería retomar el juego con el equipo del RGCC de Veteranos y participar así, con muchos de mis antiguos compañeros a competir en torneos de +40 años. Además, mis dos hijas pequeñas juegan a hockey y mi mujer había comenzado también a practicarlo. Pero el problema era un dolor severo en la parte alta de la espalda que imposibilitaba muchos movimientos, con ello hice pruebas al respecto, el diagnóstico y la solución era pasar por el quirófano. El resto, es una historia en silla de ruedas, hospitales. Mi pensamiento continuaba siempre enfocado con el hockey.
¿Cómo surgió la oportunidad de formarte y ser Juez de Partido?
Un miembro del equipo directivo del RGCC muy relacionado con el hockey asturiano, Iván Pidal, me propuso la realización del curso de Juez de Partido ya que conocía mi vinculación con este deporte y mi situación personal actual. Nunca lo había barajado, pero considero que es una buena forma de seguir en contacto con esta disciplina deportiva y además el club me ha facilitado la accesibilidad (no siempre presente) para la realización de las prácticas. Esta oportunidad me sirvió de inicio para retomar mi contacto con el hockey y próximamente realizaré el curso de entrenador esperando poder inculcar el cariño por este deporte a las generaciones futuras.
El pasado fin de semana debutaste como Juez en el RGC Covadonga. ¿Qué sensaciones tuviste en ese primer partido?
Las sensaciones fueron duales ya que por una parte estaba feliz por poder formar parte del partido colaborando en su buen desarrollo, pero por otra triste al darme cuenta de que no volveré a realizar este deporte como antes.
Para quienes no lo conocen, ¿puedes explicarnos en qué consiste tu labor como Juez de Partido? ¿Crees que tu experiencia como jugador te da una perspectiva diferente al ejercer como Juez?
La labor previa al partido consiste en contactar con los jefes de equipo de ambos clubes para agilizar los trámites y con los árbitros para conocernos y comprobar que todo lo necesario está correctamente dispuesto. He de comprobar que todas las instalaciones y terreno de juego cumplen con la normativa establecida, he de reconocer a los servicios médicos y periodísticos, evidenciar si existen sanciones de algún miembro de los equipos, comprobar visualmente la correlación entre cada jugador con su dorsal y del staff técnico y verificar que las equipaciones sean iguales en todo el equipo y distinguibles del oponente. Durante el partido, mediante la aplicación web, he de gestionar el tiempo del encuentro, asignar los goles y las tarjetas a tiempo real, contabilizar el tiempo de expulsiones y mantener el orden en los banquillos. Por supuesto, el hecho de haber sido jugador otorga ventaja a la hora de realizar las tareas como juez.
¿Qué te aporta seguir vinculado al hockey actualmente?
Tener una distracción, una afición en una vida más pausada de que la que tenía antes. Y siendo sincero, espero prosperar dentro de este deporte, no sé si como juez en distinto terrenos de juego o formando a otros deportistas. Por supuesto conocer y compartir este deporte con mucha gente.
Seguro que tu historia puede inspirar a muchas personas, ¿qué mensaje te gustaría transmitirles?
Que la vida no termina hasta que dejas de respirar y hay que tener metas manteniendo la mente ocupada.




